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Las referencias más antiguas conocidas de este pueblo son los restos arqueológicos encontrados en el cerro Talayón que nos remontan a la Edad del Bronce, en el II Milenio a. C. El cerro en altura domina la cuenca del río Valdemembra y el barranco de la Cañada Romera, presenta una superficie de 2500 m², protegido en su perímetro por una muralla de uno o dos metros de anchura y en sus extremos parece encontrarse restos de sendas torres.

En la década de 1980 se realizaron excavaciones no autorizadas y como resultado se conoce gran número de vasijas, objetos de hueso y un hacha pulimentada de gran calidad, todos ellos de la Edad de Bronce que se encuentran en el Museo de Cuenca. Los investigadores determinan que Motilla del Palancar sería el punto más oriental de los límites territoriales de los carpetanos lo cual se ha ido debatiendo a medida que han avanzado las investigaciones hasta incluir las tierras de Motilla dentro de los límites territoriales olcades-carpetanos.

De época romana existe constancia del descubrimiento de varias monedas, ases y denarios. También hay constancia de presencia visigoda según lo demuestra el descubrimiento de sepulturas de esta época que casualmente se encontraron a mediados del siglo XX, tal y como se recoge en el libro Mis notas para la Historia de Motilla del Palancar (Cuenca) de Antonio Navarro García.

Por el momento resulta difícil de precisar el origen de este pueblo. Pero lo que la historia sí deja claro es que tanto el nacimiento como los primeros siglos de andadura de Motilla del Palancar estuvieron estrechamente ligados a Alarcón, tradicionalmente se ha dicho que Motilla comenzó a existir siendo «Los pajares de Alarcón», recibiendo esta denominación al estar situada en medio de una fértil vega muy apta para el cultivo. Alarcón en el año 784 ya era considerada por los árabes como una importante fortaleza y uno de los pilares del reino de Toledo, por lo que no resulta descabellado pensar que el actual enclave de Motilla del Palancar se remonta como mínimo al siglo VIII. No se sabe en qué momento surge el enclave en que hoy se conoce, cerca del paraje denominado el «Palancar», pero según se cree este asentamiento surge junto a la senda de Alarcón, entre las calles San Lorenzo y Pérez Galdós, en una pequeña altura al abrigo del norte.

Motilla del Palancar habría sido entonces de fundación musulmana, siendo conquistada por Alfonso VI, en el año 1085 (noventa y nueve años antes que Alarcón), al rey agareno de Sevilla, formando con Cuenca y Huete la dote de Zaida… esposa después del referido Alfonso VI con el nombre de Isabel de Castilla… Esto no significó el paso definitivo al poder cristiano sino que, durante casi un siglo, se estuvieron produciendo en estas tierras escaramuzas entre los unos y los otros. De manera que, hasta que en el año 1177 no cae la ciudad de Cuenca en manos cristianas y se inicia el avance cristiano hacia tierras de Levante con dirección a la cuenca del Cabriel, conquistando todas las fortalezas que se encuentran a su paso, Alarcón en el año 1184, Iniesta en el año 1185, no se puede hablar del paso definitivo de Motilla del Palancar a poder cristiano. En el año 1212 recibiría el «Fuero Real» por combatir en las Navas de Tolosa junto a Alfonso VI.

La mención más antigua que se conoce del nombre actual de la villa data del 23 de marzo de 1481, en el documento titulado precisamente Amojonamiento de Motilla del Palancar[9]​, custodiado en el Archivo de la Chancillería de Granada (AChGr). 01RACH/ Caja 2803, Pieza 8 (99rº – 117vº). En este documento, se deslindan los terrenos de Barchín del Hoyo y Motilla del Palancar, tras un conflicto por la gestión de los bosques de pinos. Escudo de armas en un edificio de la localidad

En 1552 en un manuscrito de la Biblioteca de El Escorial contiene una relación de los pueblos de la diócesis de Cuenca ordenada por Felipe II en la que se dice que «La Motilla» cuenta con 462 vecinos y 7 clérigos y relata una serie de alcabalas o rentas que pagan éstos. Como anteriormente se ha dicho, el origen y destino de Motilla del Palancar, estuvo estrechamente unido al de Alarcón durante siglos, hasta que el 4 de mayo de 1489, deja de ser aldea de Alarcón, por carta de los Reyes Católicos, donde se le marcan los límites de su término. Iniciándose su andadura como pueblo. Al año siguiente el 16 de enero la villa de Motilla concede jurisdicción a su aldea, Gabaldón.

En el catastro del marqués de la Ensenada en el 1752 aparecen diversas relaciones de parajes o caminos y del patrimonio del pueblo que contaba por aquel entonces por ejemplo con 450 casas, 4 molinos de aceite, 4 hornos de pan, 10 calderas de aguardiente, una cárcel, 400 colmenas, 600 jumentos… En 1808 se inicia la Guerra de la Independencia Española, según Torres Mena en Noticias Conquenses llegaron los franceses hasta estas tierras tras salir de Cuenca el 17 de junio de 1808, no encontrando ni alcalde ni apenas vecinos pues se habían escondido en los montes. Rafael Mateo Sotos en Monografías de historias de Albacete y Pérez Galdós en Los Episodios Nacionales mencionan también la población como zona de paso de las tropas de Napoleón. Puente de los Tres Ojos sobre el río Valdemembra

En plena Guerra de la Independencia, Motilla del Palancar sufre dos avenidas por desbordamiento del río Valdemembra, una en el año 1811 y otra en el año 1812, en las que se produce una única víctima mortal. Poco después en el año 1834, Motilla del Palancar, consigue la titularidad de partido judicial tras una gran disputa con Iniesta y Villanueva de la Jara.

Durante las guerras carlistas en la provincia de Cuenca, Motilla estuvo al margen de las escaramuzas y los grandes escenarios de batalla al no haber en ella fuerte alguno, aunque se caracterizaron por la utilización de guerrillas secundadas por el apoyo popular y autofinanciadas con las incautaciones de tributos víveres y armas en los pueblos de la Manchuela teniendo en jaque a la población. En la localidad solo se tiene constancia de su paso en 1873 y de una partida de avanzadilla en el 1874. Torre de telegrafía óptica de Motilla

En el año 1885 el cólera azotó la península y se produjeron unas 120 000 muertes, siendo la catástrofe demográfica más grave de la época. El día 7 de julio según el diario de un vecino de Motilla (Andrés López Casas), ya se habían dado los primeros casos de cólera en esta comarca, por lo que los vecinos acuerdan bajar a La Purísima Concepción con el fin de darles protección. Aunque muchas familias huyeron al campo y se tomaron medidas como la de quemar grandes cantidades de azufre en las calles o poner el manto de la virgen en la «bola de la torre», poco pudieron hacer pues el primer fallecimiento se produce el día 30 de julio y hasta el día 17 de septiembre fallecen 196 personas de todas las edades. En el año 1887 el francés proyectó el trazado de la vía de ferrocarril Madrid-Valencia por Motilla del Palancar, proyecto que se daba por hecho en los periódicos de la época aunque finalmente se aprobó el presentado por la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, cuyo trazado pasaba por Landete.

El 18 de septiembre de 1921, a las nueve de la noche, el Valdemembra sufre de nuevo una gran crecida debido a una fuerte tormenta, el desbordamiento se produce al quedarse el agua embalsada en el puente de los tres ojos, en la carretera de Campillo, llegando en pocos minutos a inundar el Riato, muriendo 13 personas y produciendo innumerables daños materiales por lo que se acuerda para poder contener futuras avenidas de agua construir un muro de piedra desde la Carretera hasta el Calvario.

El diario satírico en línea El Mundo Today hace referencia a Motilla del Palancar de forma recurrente como arquetipo de la España rural.[10]

Patrimonio

Iglesia de San Gil Abad. El templo parroquial tiene dos fases de construcción, la primera en el siglo XVI, de la que destaca su espléndida cabecera levantada por Juan de Alviz en estilo tardogótico. Pero el resultado final del templo se debe al importante arquitecto cortesano fray Alberto de la Madre de Dios, que se encarga de la ampliación del templo siguiendo la estructura precedente, consiguiendo un espacio de gran armonía y elegancia. Siguiendo las trazas del arquitecto carmelita, los maestros Antonio de Mazas y Juan de Andizpe, se encargaron de las obras. El fallecimiento en 1637 de Juan de Andizpe, que dirigía las obras, y los consiguientes pleitos entre sus descendientes y los mayordomos de la iglesia, impidieron la finalización de la obra, quedando sin terminar una torre y la portada principal. Sobre la autoría de fray Alberto no hay ninguna duda, pues en la documentación se menciona que el carmelita realizó las trazas y recomendó a Antonio de Mazas y Juan de Andizpe, sus maestros favoritos, para que dirigieran las obras[1]. Está claro que la ejecución respetó totalmente las trazas de fray Alberto pues las basas y capiteles, así como el peralte de los arcos, nos recuerdan a los de la iglesia de Santo Domingo de Huete, mientras que la torre evidencia un claro paralelismo con la de la iglesia de Buendía. Solamente, cuando el pleito citado obstaculizó la continuación de las obras se llegó a alterar el proyecto con la realización de una escalera, la portada del cierzo y la bóveda de la capilla del bautismo, que no estaban previstas en el contrato.

La iglesia es una de las mejores de este periodo en la provincia. Lo ampliado por fray Alberto se adapta muy bien a lo antiguo. No era la primera vez que a fray Alberto se le encargaba la ampliación de un edificio de estilo gótico. En Lerma amplió la colegiata continuando la traza gótica en el interior al tiempo que disponía un exterior plenamente clasicista, que se adapta al conjunto palacial de la villa ducal. En Motilla el carmelita continúa la distribución del templo en tres naves, pero dispone pilares clasicistas en forma de cruz con capiteles y basa de orden toscano. Los arcos están muy en la línea de lo que hemos visto en obras anteriores, con un considerable peralte y una sencillez extremada. Las bóvedas se construyeron después de 1650. El diseño de los dibujos de las bóvedas contrasta con la austeridad de la cantería. Cada bóveda tiene un diseño de dibujos geométrico diferente, recuerdan a los que el arquitecto realizó para el convento de carmelitas descalzas de Toledo en 1633. En cuanto al exterior, fray Alberto proyectó una fachada principal que debe ponerse en relación con otra obra suya: la iglesia parroquial de Villaconejos, en Madrid. Ambas tienen dos torres y un espacio central preparado para una portada central, aunque esta última no se llevó a cabo en ninguna de estas dos obras. En el caso de Motilla, las torres (solo se construyó una) tienen tres cuerpos separados por líneas de imposta, el inferior limita su decoración al resalte de las esquinas, realizadas a modo de escoda en contraste con los muros que están labrados a picón. El segundo cuerpo es el más corto, y en la torre que se construyó servía para contener la esfera del reloj, aspecto que recuerda a la torre de la iglesia de Buendía. En ambas torres el reloj se dispone en un cuerpo de reducida altura bajo el cuerpo de campanas. El último cuerpo es el más ostentoso. Dispone un arco orientado hacia cada punto cardinal flanqueado por dos pilastras cajeadas. El diseño de este cuerpo recuerda igualmente al realizado en la torre de la iglesia de Buendía.[11]

ERMITA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

(Texto extraído del libro “Lugares y personas para la historia de Motilla del Palancar” de Antonio Navarro García, 1982; págs..45 y ss.)

LA ERMITA DE LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN “NUESTRA PATRONA”

La historia de nuestra Patrona, la Purísima Concepción, como siempre se le ha llamado a la Santísima Virgen en nuestro pueblo, está en el archivo de lo desconocido. No tenemos ni apariciones ni tradiciones conocidas sobre el origen de la devoción de nuestros antepasados a nuestra Patrona, aunque, a buen seguro, que a todos los motillanos nos gustaría. No sabemos ni cuándo ni cómo, ni por qué escogieron a la PURÍSIMA como patrona del pueblo.

No obstante, en las Cuentas de Fábrica del año 1539, dice: “…que la Ermita de la Purísima contribuya con 6.482 mrs., para las obras del templo parroquial…” y en las del año 1614 añade: “…otro sí queda a la iglesia cinco mil maravedíes que dio la ermita de la Concepción por un cáliz que era de la iglesia…”.

Según los testimonios anteriores, deducimos que la Ermita de la Purísima es anterior al 1539 y que ya en el año 1614 tenía también su Junta Administrativa, de una forma o de otra, aunque solamente se conservan algunas actas de las reuniones en 1911, en donde se puede leer un sencillo reglamento de la misma por el que aún se rige y que está compuesta por varios hombres del pueblo, amantes de su Purísima Concepción y siempre presidida por el Sr. Cura Párroco, puesto que la Ermita es una parte de la feligresía a la que siempre debe estar unida para que desarrolle la verdadera devoción a la Santísima Virgen.

Tampoco nos consta que haya existido alguna vez otra ermita anterior a la que ahora tenemos ni que ésta haya sufrido modificaciones esenciales en su estructura y, por ello, pienso que la Ermita que se nombre en los testimonios antes citados, se refieren totalmente a la que tenemos, tal y como está. Esto demuestra que la devoción a la Purísima Concepción siempre fue tan fuerte como los muros de la Ermita que le hicieron, no demasiado lejos del pueblo, para poderla visitar con frecuencia y por lo cual en la actualidad ya se ha quedado dentro de la edificación, como si Motilla estuviese incrustando a su Patrona en sus vidas.

LA ERMITA DE LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN, fue siempre un sencillo y airoso templo, blanqueado cada año con cal, a la usanza de Castilla. En el poniente tiene unos vetustos olmos, frente a la puerta principal, que en el año 23 Laureano Martínez llamaba en el Tercio “…romántico jardín que como un búcaro magnífico, ofrenda la motillana tierra a la imagen divina de su Virgen, para ese rinconcito que a la puerta de la Ermita florece como una sonrisa del cielo sobre la aridez de nuestros campos… para ese refugio de poesía y meditación, para ese incensario, que la primavera mece con sus céfiros, ofrendando sus aromas a nuestra Concepción Inmaculada”.

También entre este “jardín” hay un pozo de agua buena que hizo José Angulo en Septiembre de 1886, del que por mucho tiempo medio pueblo se servía para todos los usos domésticos.

Desde su tejado, sobre la puerta principal, sale, como una aguja punzando el cielo, el pequeño pero simpático campanario para convocar con los repiques de sus campanas a los motillanos.

Custodiando la puerta principal, que he llamado del poniente, sobre dos columnas de piedra, blancas de cal, hubo y sigue habiendo un pretil cubierto donde la Purísima, después de las procesiones, espera mientras sus devotos pugnan en desafío de generosidad por el privilegio de “entrar la Virgen” en cumplimiento de sus promesas o simplemente por el capricho de darle unas pesetas.

Entrando ya en la Ermita, a mano derecha estaba la escalera de caracol para subir al coro y al campanario y que según el libro de Actas de la Junta Administrativa, en el año 1934 se acordó quitar, porque estimaron que tenía el inconveniente de que hacía mucho ruido al subir o bajar durante los cultos religiosos y era antiestética, además de la causa principal que era lo deteriorada que estaba y se temía alguna desgracia. La solución fue encargada al albañil de la localidad Pepe Madrigal quien, estudiando el caso, en Septiembre del mismo año, tomando una de las habitaciones de la casa del ermitaño y dándole entrada por el interior de la Ermita hizo la escalera para subir al coro y desde ésta, otra independiente para subir al campanario.

Y, ya puestos a la obra, también pensaron cambiar la puerta principal del poniente y su cancela, que eran de madera, por las que aún tenemos de hierro y cristal para que la devoción popular pudiera visitar a su patrona sin necesidad de entrar, cuantas veces lo desease. Estas puertas fueron encargadas bajo contrato que tengo en mi archivo particular, al cerrajero de Valencia don Vicente Tomás, con unas dimensiones de 3’45 x 2’10 mts. Hechas en forja, un peso mínimo de 500 kgs. Y un precio de 1.400 pts. Pagadas en dos plazos; el anagrama de la Sma. Virgen en metal dorado fue cuenta aparte y valió 170 pts. Además de los aderezos normales, fue también condición que tuviera un cepillo para las limosnas de los fieles, que siempre dio resultado.

Debieron quedar contentos de la obra del Sr. Vicente Tomás, porque llegaron a pensar encargarle una verja de hierro de metro y medio de altura, para cercar con ella el jardín de la puerta principal, pero esto no llegó a efectuarse.

La planta de la Ermita de nuestra patrona es de “cruz latina” con cúpula. En el lugar presidencial, está el altar de la Virgen que, según el manuscrito de Andrés López, “…el 20 de Junio de 1904 se pegó fuego en la Ermita o bien sea en la Purísima Concepción. Se quemó por causa de dejar una vela encendida, la encendieron la señora del notario y las palomeras” (ver reproducción manuscrito pág. Siguiente). Con este testimonio concuerdan unas notas también manuscritas de Domingo Gabaldón, quien añade: “…y ardió el altar y el retablo y parte del techo y vino el fuego y ardió el órgano”.

En los laterales del templo, desde tiempos inmemoriales, estuvieron los altares de San Gregorio a la izquierda y el de san Antón en la derecha, que fueron destruidos en el 36 y del que no consta que fuesen gran cosa.

Mirando al cielo, dentro de la Ermita, podemos admirar unas cuantas “joyas” que colgadas del techo, penden para dar luz a los motillanos mientras rezan a su patrona. Me refiero a las hermosas lámparas de cristal de roca, “arañas”, que por sí solas adornan con resplandores las ofrendas que cada día sus devotos le hacen.

Otra de las cosas que en el interior de nuestra Ermita de la Concepción llamaba la atención de todos era el “estucado” de sus muros y bóveda en distintos colores y jaspeados marmóreos, magistralmente realizados. No he podido averiguar cuando se hizo esta monumental obra, pero sí se por el Libro de Actas que ya en el año 34 se habla de “…reparar los trozos de estuco que se han caído en algunos de los muros de la Ermita por efecto de la humedad…”. Tampoco consta quien fue el artífice…

En 1934, hubo problemas.

Siempre se dijo que “lo mejor es enemigo de lo bueno…” y es lo que en las fiestas de este año ocurrió pues…

PLAZA DE TOROS DE MOTILLA DEL PALANCAR

(Texto extraído del libro “Lugares y personas para la historia de Motilla del Palancar” de Antonio Navarro García, 1982; págs..172 y ss.)

La Plaza de Toros

La tradición de las fiestas taurinas debe ser en nuestro pueblo muy antigua. Remedios Víllora, nacida en los últimos años del siglo pasado, me contó haber oído contar a sus padres que en tiempos muy antiguos se hacían las fiestas de toros “en una huerta que había junto a la casa de Portillo”, más o menos donde está la casa y comercio de Modesto Abad y Riato Norte.

Fulgencio Escribano (Lagarto), de noventa y un años, me dice que aunque él no lo recuerda, los toros antiguamente se hacían en la plaza de carros en el Cósico y que los toriles estaban en la casa que después fue de los Vega y hoy de la modista María Gómez Sáiz, en el saliente de la plaza y que la presidencia se ponía en un balcón que había en el poniente, donde vive hoy el matrimonio Valentín López Picazo y Mercedes García.

Por mi parte, sin más razón que estos testimonios de buena voluntad, me atrevo a pensar que, como a juzgar por las edificaciones que hasta hace unos años formaban la Plaza del Cósico debe ser muy antigua, los toros en la “huerta de Portillo” pudo ser en tiempos inmemoriales y después, cuando estuviese hecha ya la Plaza del Cósico, se cambiaría la fiesta a ella. Por el testimonio de Fulgencio “la presidencia estaba en el lado del poniente”, entiendo que en un principio se hiciesen los toros en toda la plaza, sin más que tapar las cuatro calles que allí se juntan, aunque después, quizá por hacer más pequeño el ruedo vendría la costumbre de los carros.

De una manera o de otra, lo que sí es cierto es que por la segunda mitad del siglo XIX, no sabemos si por no poder seguir la fiesta en el Cósico o lo que es más posible, porque hubiese aumentado la afición, un grupo de motillanos sintieron la necesidad y la ilusión de construir para la fiesta de los toros una “plaza real”.

A todos nos gustaría saber si en los tiempos pretéritos los toreadores eran aficionados del pueblo o si eran en algún modo “profesionales” contratados, aunque puede pensarse que, como ahora, habiendo buena afición, habría de todo y que habría más días de toros que en la actualidad, puesto que para uno o dos días al año, no hubiera merecido la pena construir una PLAZA REAL.

Lo que sí sé, es que, en el ya mencionado manuscrito de Andrés López Casas, dice: “…año de 1890 ycieron los Verdes de Cuenca la plaza de toros y también ycieron las Escuelas en esta población…” y en mi archivo particular tengo la fotocopia facilitada por Josefina Salvador, hija de una de las herederas, Dña. Micaela Muelas, que transcribo a continuación:

Escritura de Sociedad de la Plaza de Toros otorgada en Motilla a 1.º de Agosto 1890.

NÚMERO 80.

En la villa de Motilla del Palancar, día primero de Agosto de mil ochocientos noventa; Ante mí don Luis Regalado, Notario público con residencia y vecindad en ella, distrito del mismo nombre del Ilustre Colegio de Albacete y testigos que se expresarán comparecen personalmente en un acto:

Don Pedro José Gómez Massó, casado, propietario, de treinta y cinco años de edad, de esta vecindad, con cédula personal clase novena, número talonario mil seiscientos cuatro.

Don Martín Huguet Llort, soltero, labrador de treinta años de edad, vecino de Vallvert, Ayuntamiento de Montbrio (¿) de la Marza, partido judicial de Momblanch provincia de Tarragona, residente accidentalmente en esta villa, con cédula personal clase once, número talonario ciento uno.

Don Juan Atienza Lozano, …labrador de cuarenta años de edad, vecino de Cuenca, con cédula clase décima, número talonario trescientos sesenta y cinco.

Don José María Verde Asensio, también casado, propietario de cuarenta y siete años de edad, también vecino de Cuenca, con cédula personal clase octava número talonario trescientos treinta y cuatro.

Don Antonio Ortega Valera, del mismo estado que los anteriores, profesión tendero, de veintinueve años de edad, vecino de ésta de la fecha, con cédula personal clase novena, número talonario ciento cuarenta y cuatro y…

Don Lino Ortega Víllora, del propio estado, propietario de cuarenta y dos años, también vecino de esta de la fecha, con cédula personal clase décima número talonario novecientos ochenta y tres.

Todas las cédulas presentadas son del año económico de mil ochocientos ochenta y nueve a noventa no pudiendo presentar las del corriente ejercicio por no haberse expedido aún en los pueblos de sus respectivas vecindades y por el resultado de las cédulas exhibidas y lo que me consta personalmente doy fe, del conocimiento, estado, vecindad y profesión de todos y cada uno de los comparecientes. Se hallan según aseguran en el pleno goce de sus derechos civiles y tiene a mi juicio capacidad legal para otorgar esta escritura de SOCIEDAD O COMPAÑÍA MERCANTIL COLECTIVA y dicen.

(…)

Nota: la transcripción de la escritura continúa en las págs. 174-179 del libro

Una vez terminada la plaza de toros, indudablemente que nuestros abuelos, orgullosos de tener la mejor Plaza de Toros de nuestra comarca y la segunda o tercera de la provincia, celebrarían sus fiestas de los toros con la mayor ilusión de todos los españoles.

Fiestas

  • San Antón. Se celebra el 17 de enero. Bendición de animales, subasta de donaciones y los tradicionales tostones.
  • Jueves Lardero. Se celebra el jueves anterior a la Cuaresma, significa «Jueves de Tocino» y según la tradición cristiana es el último día que se puede comer carne.
  • Carnavales. A pesar de los fríos reinantes por estas tierras, cuando llega el momento de los Carnavales, Motilla se lanza a la calle a vivir días de diversión y llenando de colorido las calles del pueblo.
  • Semana Santa. Llena de devoción y colorido comienza con la representación de la Pasión Viviente por las calles del pueblo y termina con la Procesión del Encuentro.
  • Los Mayos. Son coplillas que el 30 de abril cantan los Quintos y los Soldaos a la Virgen y a las mozas de la localidad.
  • San Isidro Labrador. Se celebra el 15 de mayo. La fiesta campera por excelencia de Motilla en la que todo el pueblo celebra la Romería en el paraje de las Reillas. Fiesta, folklore, juegos y diversión en la naturaleza.
  • Corpus Christi. El día del Señor los vecinos de las calles por las que pasa la procesión las decoran con alfombras de serrín multicolor, y los niños que han tomado la comunión, tiran pétalos de rosa durante la procesión.
  • San Cristóbal. 10 de julio. Es el patrón de los conductores, combinándose en esta jornada las actividades religiosas y las festivas.
  • Fiestas Patronales. Del 1 al 7 de septiembre tienen lugar las ferias y fiestas, de gran interés comarcal, en honor al patrón local San Gil Abad.
  • Inmaculada Concepción. En diciembre se celebra la festividad de la Patrona, la Inmaculada Concepción, devoción que se conoce desde 1614, desde el año 1931 se realizan los actos solemnes durante 2 días, el 8 y 9 de diciembre. En la víspera, es decir el día 7 se lleva de vuelta a la patrona a su ermita y se canta el «Santo Dios» (canción religiosa). El día siguiente es el día propio de la Inmaculada Concepción, y el día 9 es el segundo día de la virgen y se celebra una misa en la que participan varios sacerdotes de la comarca.

Véase también

Referencias

  1. «Saludo del alcalde.» Archivado el 17 de abril de 2008 en la Wayback Machine. Página web del Ayuntamiento de Motilla del Palancar. Consultado el 6 de diciembre de 2016.
  2. «La Cultura de las Motillas en La Mancha». abc. Consultado el 9 de diciembre de 2017.
  3. Benitez de Lugo Enrich, Luis (2011). «LAS MOTILLAS DEL BRONCE DE LA MANCHA.». ARQUEOLOGÍA, SOCIEDAD, TERRITORIO Y PAISAJE. Consultado el 9 de diciembre de 2017.
  4. Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2014). «mota». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Madrid: Espasa. ISBN 978-84-670-4189-7.
  5. «MOTILLA DEL PALANCAR: EL CALVARIO». MOTILLA DEL PALANCAR. Consultado el 9 de diciembre de 2017.
  6. «Historia del corregimiento de San Clemente». historiadelcorregimientodesanclemente.blogspot.com.es. Consultado el 9 de diciembre de 2017.
  7. Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2014). «palanca». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Madrid: Espasa. ISBN 978-84-670-4189-7.
  8. Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. (ed.). «Programa SIGA. Promedios climáticos en la estación 8966 de Motilla del Palancar». Archivado desde el original el 4 de marzo de 2016. Consultado el 25 de noviembre de 2012.
  9. «Historia del corregimiento de San Clemente». historiadelcorregimientodesanclemente.blogspot.com.es. Consultado el 9 de diciembre de 2017.
  10. El Mundo Today (ed.). «Artículos relacionados con Motilla del Palancar». Consultado el 14 de noviembre de 2014.
  11. GARCÍA MARTÍNEZ, J.L., Arquitectura barroca en Huete y su tierra, un espacio arquitectónico en el obispado de Cuenca, Tesis doctoral, Universidad de Castilla-La Mancha, 2015, pp. 156-161.

Enlaces externos

source: https://es.wikipedia.org/wiki/Motilla_del_Palancar

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